martes, 16 de septiembre de 2008

TRECE. El Grupo Social.


El grupo social es terriblemente importante, ¿saben por qué? Porque revela algo hasta allí oculto y esa revelación es ya una revolución.

Además, el grupo social rebela al sujeto que lo circunda mostrándole su clave de sol en este extraño concierto.




Un grupo social es una confirmación de la existencia y esto, verdaderamente, asusta a muchos sujetos integrantes de determinados grupos; miedo al confirmar que esta existencia es, inevitablemente, inabarcable.



Cada grupo se nuclea alrededor de algo que, gracias a sus componentes, se hace visible a los ojos. Ante la mirada, aparece algo que hasta ese momento no se veía.



¿Hacia dónde iremos? ¿Hacia una individualidad sin sustancia histórica o un nuevo orden mundial homogenerador? Tal vez... ¿el equilibrio será una opción?

Ser uno con el otro...

Todavía es mi desafío.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

DOCE

Las Opciones del Padre:

a) "Eso no se hace, hijo, porque en la sociedad que vivimos hay leyes jurídicas que dicen que eso no está bien; si decides hacerlo el Estado te encerrará"

b) "Eso no se hace, hijo, porque en el mundo en el que vivimos hay leyes divinas que dicen que eso está prohibido y de hacerlo, Dios te castigará"

c) "Eso no se hace, hijo, porque los hombres que día a día eligen vivir en este lugar decidimos respetar ciertas reglas; reglas que tienen que ver con tu bienestar y, seguramente, tú cuando crezcas, entenderás mejor lo que significa la palabra 'sagrado' y lo que vale la vida, principalmente, la de ustedes los niños"

miércoles, 3 de septiembre de 2008

ONCE


El 'manifiesto discursivo' rezaba en fondo rojo sobre letra gótica blanca: "Piensa el discurso como la forma de escape de toda nuestra enfermedad mental. Cuando dices ODIO! con todas tus fuerzas, en realidad, gritas con todo todo todo tu silencio AMO! Así, tan débil te sientes ante el muro que no te deja hablar".

Juan lo leyó en la parada del 13. Al llegar a su casa se dio cuenta que no había pronunciado palabra desde ese momento.

¿Qué calló ante sus conciudadanos?

viernes, 29 de agosto de 2008

viernes, 15 de agosto de 2008

NUEVE

Por qué nos abrazamos, nos pregunta el mundo. Sé que no podemos darle respuesta, pero lo seguimos intentando.
Tal vez por eso nos abrazemos. Porque nos ayudamos a seguir intentándolo; y lo festejamos en un abrazo.
Todavía podemos elegir abrazarnos, le decimos al mundo que nos mira. El mundo, boquiabierto, ve un abrazo, uno, dos cuerpos, pero no puede sentir eso que ocurre en los límites imprecisos de dos seres humanos.
En esos límites invisibles se iluminan las elecciones hechas: una caricia, una mano abierta, un sueño, él-ella eligiéndose, mirándose entre miles, volver a abrazarse...
Elegimos creer, le gritamos al mundo. Él-Ella se vuelven a abrazar, se vuelven uno con el mundo.

OCHO

En la televisión: Marcelo Tinelli. En la mesa: Ricardo González, vecino de calle cercana al Barrio Olvido. Ricardo piensa: "Qué grande debe ser el mundo de algunas personas. Obviamente, el tamaño de ese mundo personal va a depender del espacio que ocupen sus palabras. Por eso admiro los mundos de Gandhi, Guevara, Violeta y Jara. No me importa ni la clase de lucha ni involucrarme en discusiones sexistas. Mundos. Me importan sus mundos".

En la televisión: sigue Marcelo Tinelli. En la mesa: un cuaderno de Ricardo González cuya hoja dice en lápiz: "Palabras grandes: revolución, desobediencia civil, guerra de ideas, amor, niño, te recuerdo, socialismo, pureza, conciencia social, justicia".

Ricardo mirando hacia ningún lugar en particular: apenas roza con el rabillo del ojo el cuaderno abierto en la mesa. Y piensa: "Es que esas personas llenaron las palabras con tantas experiencias que son palabras que, al pronunciarlas ellos, suenan como inmensos panales de abejas; una palabra lleva a miles de celdas interconectadas entres sí, llenas de la más dulce miel de los recuerdos. Lindo pensar esto estando tan cerca del Barrio Olvido".

Marcelo Tinelli: corta una pollerita para ver mejor el orto de una tal Eugenia. Ricardo González, desde una silla cercana al televisor: mira el orto como si mirara la lapicera que usa siempre en la oficina. Y, ahora casi moviendo los labios, piensa: "Por eso mi mundo es tan chico; es que hay palabras como tineli y orto... Y claro: las celdas mutan en obscuros tugurios y la miel se convierte en caca o en siliconas...".

martes, 29 de julio de 2008

SIETE


DISCURSO DE APERTURA EN JORNADAS DE

INTRODUCCIÓN AL PENSAMIENTO FILOSÓFICO MODERNO.

(Realizado en la vecinal del barrio Chalet, Santa Fe)


"Fue muy duro el darme cuenta que la mediocridad me daba mucho sueño... Me dormía pesadamente en la maraña de pensamientos usados; pero ahí, donde soy mi dueño, traté de hacer de Dios y me apropié, otra vez, de mi propia alma.


"La banqué. Me la banqué. Esto me ha hecho un hombre, usando la palabra 'sentipensante' de Galeano, mucho más pensante que 'senti'. E igual me resulta muy duro tener que decir lo que voy a decir ahora, porque sé que la verdad duele y si no duele molesta y si no molesta asusta, pero si no asusta... libera; y como hoy me siento sólo un poco más valiente, sólo por hoy yo no miento y me atrevo a decir la verdad, mi propia verdad, esa a la que por tanto tiempo temí.


"Trataré de no ofender a nadie, sólo a quienes lo merezcan. La cuestión fundamental de la historia de la humanidad es una simple pregunta que deberemos resolver los seres humanos, alguna vez, equilibradamente: ¿Quién agarra la pala? Claro, ¿quién agarra la pala, hermano? Está bueno pensar, imaginar, volar con la mente; debe ser doblemente buena la sensación de tener el poder para que alguien realice por vos algo; debe ser increíble sentir lo que significa trascender la muerte con la obra inmanente de nuestro propio pensamiento... Pero también está bueno sentir al otro, en su dolor, en su alegría, en su pesar, en su esperanza, en lo que nos une como especie humana. Y no hay que ser tan 'senti' para decir esto, lo digo con el pensamiento, sabiendo que éste tiene sentido cuando se vuelve uno (1) con la palabra y la experiencia. Como una tríada religiosa, aunque yo vea a los santos en el suelo. (Risas apagadas -nota del escritor-)..."

sábado, 26 de julio de 2008

SEIS

- ¿Qué nos pasó, Chino? -Juan no podía dejar de preguntar lo mismo; hacía tiempo que le parecía que la historia del país se asemejaba a un disco rayado.
- No sé, perdimos el discurso... Nos confundieron con otras unidades sintácticas, las oraciones fueron armadas con ideas de lugares ajenos al nuestro, nos vaciaron el significado de algunas palabras como "persona", "ser" y "humano", ganaron lugar en las estructuras lógicas lexemas como "mercad", "consu" y "gast" que se multiplicaron hasta cubrir la arena del discurso institucional...

Juan estaba cansado anímicamente; ya nadie en el barrio entendía las conductas de su referente político, ese del que tanto había comentado a quienes conocía, siempre poniéndo el acento en la visión revolucionaria de su propuesta de lider. Pensaba que no podría creer más en nadie porque su estantería de ideas y su rol militante estaba siendo desvencijado por su dirigente ante la mirada de sus pares. Sentía la cara partida de tanto darla para el manoseo de otro. El Chino, seguía:

-... y desde ahí te arrastran en un torbellino comunicacional donde ya no hay palabras para tus propios pensamientos; te confundieron; y los parlantes se masifican ante el vacío de otras alternativas discursivas; terminás olvidando la huella psíquica de discursos ahora marginales, y sin esto no hay signo linguístico, no hay imagen, no hay símbolo que le dé contenido social...
Juan reaccionó:
- Chino, no te entiendo nada. ¿Qué nos pasó? ¿Cómo puede ser que todo lo construido se esfume por una pésima táctica política o una chiripiorca mental de alguien que estaba en el lugar justo para cagarla? -y repitió- Realmente: cagarla...

El Chino aguzó los ojos, entonces sus rasgos se volvieron pictóricos; sus ojos líneas negras, finas como una caligrafía oriental. Juan creyó escuchar cañas de bambú cloquear en su patio aunque él sabía que nunca tuvo -ni tendrá- cañas de bambú en su patio. Y como si la voz del Chino quisiera imitar un flautín milenario, dijo:

- Lo que sé es que lo que nos une no son las personas sino las palabras.

lunes, 14 de julio de 2008

CINCO

En el medio de Dios están los medios imponiéndolos. Imponiendo los miedos: medio-odios, medio-miedos. Dime Dios ¿os di medio de mí o tienes miedo de mí? ¿Os di miedo de mí o tienes medio de mí?



MEDIOSMEDIOSMEDIOSMEDIOSMEDIOSM
IOSMEDIOSMEDIOSMEDIOSMEDIOSMEDI
EDIOSMEDIOSMEDIOSMEDIOSMEDIOSME
DIOSMEDIOSMEDIOSMEDIOSMEDIOSMED
OSMEDIOSMEDIOSMEDIOSMEDIOSMEDIO
SMEDIOSMEDIOSMEDIOSMEDIOSMEDIOS

CUATRO

– A ver… El Gran Norte espera de los pequeños países del Sur una buena idea… Hasta ahora vienen premiando nuestras “buenas ideas” con sus compras monumentales que nos dan la idea de crecimiento económico; como si esta variable indicaría que vamos en el camino de la desaparición del hambre y de la pobreza. Siempre igual: sectores pobrísimos que dejan de ser tan tan pobres para convertirse en, sólo, tan pobres (siendo ahora el sector indigente sólo del 30% del total de la población). Y así tiramos un par de años con un índice más controlable, hasta que la idea deja de ser beneficiosa. El 5 o 10% de pobre menos a causa del derramamiento, vuelve. El Gran Norte necesita que le tiremos alguna otra idea que cierre y que permita tranquilizar por unos años más... Esta fue una buena idea: así fue que apareció un militante idealista pero con traje y corbata que defendía viejos ideales de justicia y humanidad y que tuvo poder para sacarles el cuadro de uno de sus próceres asesinos a los altos mandos militares. De esta manera nadie vio entrar los productos tan mágicos como nuevos y venenosos que fueron matando nuestro lugar y nuestra gente a cambio de la moneda fuerte; ya nadie tampoco se opuso a que se sigan regalando los recursos del país (siendo que a otro gobernante se lo había odiado por eso) para que el Norte siga haciendo lo que nosotros (por… ¿razones intelectuales, tal vez?) no podemos o (por… ¿razones psicológicas, tal vez?) no nos atrevemos.

– Yo creo que son razones psicológicas… Este engaño sobre nuestra inferioridad nos traba las ideas. Nos siguen regalando espejitos de colores, viejo. En la antigua Grecia, a los troyanos los engañaron con un caballo de madera ¿viste? A nuestros indios los engañaron con palacios que flotaban en las aguas, con trajes de brillo de luna, con vidrio y espejitos y con palos de fuego… ¿Qué te pensás que son las películas, la tecnología y las comunicaciones? Hoy trabajamos para comprar las cuentas de colores que ellos hacen con lo que les damos de nuestro trabajo; la guerra se le hace a quien no quiere comprar o a quien conoce la producción de lo que destraba las verdaderas “buenas ideas”…

- Sí, coincido. El pensamiento mágico está relacionado con el pensamiento del disminuido psíquicamente. Así se puede pensar que los griegos aprovecharon las creencias férreas de los troyanos como los españoles la de los indios para adueñarse de sus mujeres y quemar sus hogares. Sí, coincido; puede ser que esté pasando hoy algo parecido en algunos lugares del planeta... Pero no aquí...

martes, 1 de julio de 2008

TRES

- Es un tema de espacio y decisión; olvidate de los buenos y de los malos; de los seres humanos y de los seres inmundos; de los zurdos y de los milicos fachos... Guarda con pensar así, guarda.
Cuando Alfredo J. decía "guarda" estirándose la ojera del ojo derecho mostrando la carne roja bajo las pupilas, era porque hablaba en serio; o porque había tenido un pésimo día y no toleraba ninguna palabra de más. Ahora, en este caso, hablaba ideológicamente en serio y esto, hasta cierto límite, podía tolerar un debate.
- Disculpame, Alfredo -interrumpió modestamente Eusebio dejando con exagerada suavidad el pocillo chico de café sobre el platito-... porque se podría entender que estás... cómo decirlo... como que si alguien que no te conociera te escuchara, pensaría que estás defendiendo la represión... ¿No sé si me doy a entender?
- Mirá, quien me escuche que piense lo que quiera y también, si quiere, que me chupe un huevo ¡Porque yo soy bien democrático y no voy a obligar a nadie a que piense como yo ni a que me chupe un huevo! -Eusebio, colorado, miraba para todos lados buscando alguien que milagrosamente lo pueda teletransportar al bar de la otra esquina al que no sabía por qué maldita razón, ante la dicotomía, no había entrado-. Guarda, digo guarda, no vaya a ser que por ser tan de izquierda no terminemos dando la vuelta y apareciendo por la derecha. ¿Me explico, Eusebio? -Eusebio, que estaba por tomar un sorbo del café ya frío, decidió bajar el pocillo para asentir con la cabeza-. Yo creo que el error es pensar que los genocidas no eran seres humanos ¿Qué mierda van a ser? ¿Extraterrestres? Mirá, nunca me gustó Borges, pero decía que la vida de un hombre consta de un sólo momento: de ese instante en que ese hombre sabe para siempre quién es. Para mí es asi. Todos tenemos que elegir en algún momento y esa decisión va a depender de determinada circunstancia en la que nos encontremos, ahí vamos a tener que tener bien en claro que, como humanos que somos, con un sí o un no podemos ser el Jesús o el Hitler de nuestra propia historia...

miércoles, 11 de junio de 2008

DOS





De vez en cuando, triunfan las ideas. Marcos se desperezaba de la siesta; el sol todavía bien en alto anunciaba un día de nuevos logros. Su aldea estaba en paz: nadie temía por su vida frente a un cohabitante, nadie temía ser víctima de la injusticia y quedar en la calle o en la miseria y sufrir de hambre o de frío, nadie temía la agresión gratuita porque todos sabían muy bien defenderse, todos sabían lo que era el dolor y los valores como "dignidad" fueron gloriosas victorias aprehendidas con la única arma de la voluntad y el alma: el corazón.


Y el corazón hería cada cosa que se hacía en la aldea de Marcos. Simplemente porque habían triunfado las ideas de ese corazón comunitario. Entonces, cada uno de sus integrantes materializaba las ideas antes de que éstas fueran aniquiladas por el miedo. No eran graaandes ideas; eran ideas simples, pequeñas, pero auténticas; tampoco eran ideas originales porque nadie sabía, ni aun Marcos que sin resultado había intentado por largo tiempo encontrar la Verdad Original, quién había dado origen a todo este material enigmático que volvía real lo invisible. Pero eran ideas reales, ahora se las podía tocar y ahí estaban, junto a su dueño.


Precisamente, el sol de la tarde anunciaba que la feria del mes iba a irradiar belleza. Era hermoso ver a sus realizadores creando y comentando su creación; comunicando sin trabas incómodas las profundidades de cada pensamiento expresado en su obra, y por esta razón frecuentemente se creaban pequeños auditorios al aire libre donde por alguna razón la gente se concentraba a escuchar tal o cual charla.





El diálogo fluía sin lógica aparente, cualquier mancha podía ser objeto de intercambio, aunque Marcos sabía bien a qué se debía tanta integración: todos eran iguales en la creación, ya sea ésta acción o potencia.



Fotos tomadas en la ciudad de Rosario (Bvd. Oroño y Bvd. Pellegrini) en noviembre del 2007.-

martes, 10 de junio de 2008

UNO

No es ninguna contrariedad, dijo Ernesto Verba mientras acomodaba las tarjetas de crédito como si barajara en una mano de truco. El tema es que hoy estamos tan ensimismados en nuestro propio goce que si pensamos en la palabra "socialismo" se nos retuerce el estómago y no podemos comernos el carré de cerdo a las frutas rojas que nos hace el cheff del international restó al que vamos todos lo jueves con los chicos de la oficina; por eso hay que empezar de a poco.
Su interlocutor, como siempre, atendía sin que se note: o se perdía en el color del vino que giraba prisionero en su copa o en el sabor de la empanada que parecía querer descifrar mirándola fijamente.
Mirá, yo creo en esta teoría del Socialismo Individual, parte de mi sueldo es de mi barrio y de sus pequeños comercios, del albañil que hace changas, del vendedor ambulante... Por ejemplo, si tenés dvd, televisor 29'', microsistema y las pelotas de Bill Gates, cuando se rompe, en vez de cambiarlo porque te lo dan en mini cuotas sin interés y conviene más, se lo llevás al loco García.
En ese momento, quien lo escuchaba se atragantó con la empanada y miró fijo a Ernesto esperando que se retracte, pero no hubo caso: ahí había convicción.
Y sí, te atenderá en pijama, se rascará las bolas descaradamente a veces, pero es un capo de la electrónica y es del barrio, te atiende personalmente, no tiene un maniquí bioprogramado que te habla como si fueras un cajero automático con patas; el tipo es él mismo, no un clon de vaya a saber qué yuppie importado; y se rasca las bolas porque es libre y es una práctica para que el otro se dé cuenta de lo que se pierde por las formas: rascarse las bolas cuando pican, qué lindo.
Su amigo dejó la empanada como resignado y se dedicó a pasar el último bocado con grandes tragos de vino.
Pero esto que digo necesita de una militancia, el socialismo individual es un modo de vida; porque hay que recorrer el barrio, conocer a quienes lo habitan, cuáles son sus habilidades, sus necesidades, sus preocupaciones; te digo lo que pienso, y esto no me lo dijo ningún prócer: el barrio es la república donde cada uno puede ser un hombre libre o un encerrado vasallo.