miércoles, 23 de diciembre de 2015

¿Todos somos como este niño?

El niño Mauricio le tiene miedo a las arañas. No las tolera; menos ver una en el baño. Si viera una en el impecable cuarto se enojaría mucho con el mundo o con la mujer que limpia. Lo haría mientras busca el raid que las mata bien muertas (ese no es un raíd delictivo como se ve en televisión, estoy seguro -piensa-).
Tampoco le gustan los mosquitos, ni las ranas, ni las pulgas. Se pega con fuerza si siente uno de los primeros. Pega un grito si ve algo de lo segundo (más si es en el baño). Y le daría mucho asco y sentiría mucha vergüenza si tuviera y le picara algo de lo tercero.
Obviamente, para estar a salvo de todo esto, hay personas que se encargan de exterminar los animales e insectos que pueden llegar a molestar a Mauricio. Usan un traje especial para protegerse y utilizan algún tipo de químico de laboratorio. Quizá, en algún otro momento histórico, el químico era de elaboración casera; hoy la dimensión de la fabricación es industrial, empresarial, así que la solución es fácil.
Es muy común que los niños como Mauricio le tengan tanto miedo a los insectos. Estos representan algo en tradiciones culturales; se asocian a una selva peligrosa, enfermedades incurables... o condiciones sociales determinadas asociadas al hambre, a la pobreza cultural, al aislamiento social...
El ser humano lo hizo, lo hace y lo hará. Debemos hacernos cargo, pero no es necesario intentar el imposible de reproducir lo dado. Y los niños como Mauricio, son los herederos de pesadas cargas que corren el riesgo de quedar atrapados por viejos mostruos que impiden al niño crecer, para sentir, pensar y actuar como adulto libre de miedo y egoísmos necios.
Y los niños con miedos arcaicos se vuelven cuerpos adultos con un entendimiento infantil, temeroso del mundo. Personas que ven monstruos gigantes, enemigos superpoderosos donde no hay más que molinos de viento.
Un molino de viento representa a un conjunto de personas con un saber hacer poderoso; algunas de estas personas, pueden tener "monstruosas" habilidades. Una persona que sepa conseguir agua o procesar un grano para hacer pan, es tan poderosa para un niño que un adulto atrapado en pequeños mundos de temor puede sentirse sometida o atacada por ese saber.
Mauricio veía en su papá un enorme molino de viento que le brindaba agua y alimento, pero detrás del molino de viento, para él, no estaba más que su papá que, seguramente, había molido la piedra de la montaña, para abonarla, cultivarla, cosechar el trigo; luego había hecho ladrillos, cortado madera, forjado metales, para construir la gran máquina, que ahora alimentaba al niño Mauricio con un delicioso pan. Su papá le resutaba el mundo. !Él también podía llegar a representar todo el mundo cuando sea grande!
A veces, su papá se le presentaba como un monstruo omnipotente, que todo lo hacía, sabía y abarcaba. Eso le causaba mucho temor, angustia, miedo.
Mauricio pensaba que sólo él sentía eso porque ninguno de sus amigos expresaba que le pasara algo parecido. Así, aprendió a guardar silencio, aunque esto fuese muy fuerte e importante en momentos tempranos de su vida.
Aprendió que eso que le pasaba, no era importante en las cosas grandes de la vida como tener una buena casa, con todas las comodidades, un auto moderno a disposición, una mujer bien arreglada y gente empleada que limpie y deje todo libre de insectos y animales indeseados. Esas emociones confusas no son buenas ni deseables en un emprendedor, en un ganador; generan depresión, reacciones violentas, desagradan a las visitas... no tienen nada de productivo.
Pero él estaba seguro de algo: en el fondo, todos los niños del mundo (las niñas no importaban porque no pueden entender de estas cosas), sentían lo que él sentía: temer a ciertas cosas del mundo era la regla que todos sabían inevitable, y si no se teme a esas cosas se pueden sufrir consecuencias.
Dios, la patria y la materia eran cosas de temer. Estas cosas pueden castigar si no se les teme. La materia forma cosas que se mueven. Entre esas cosas, personas; y hay personas que son misteriosas y malas, como puede serlo la materia (porque la materia es misteriosa pero puede ser buena -es un razonamiento muy lógico para un niño-), por eso, ante el misterio, es más inteligente desconfiar.
La diferencia entre dios, la patria y las personas, es que a las personas se las puede castigar antes de empezar a temerles. El miedo a dios y a la patria viene institucionalizado en los cuerpos adultos, así los posee y los obliga a vestirse con trajes raros, les da poder para maltratar a otras personas, cumplir horarios y hacer cosas que enojan, alteran... mejor temer que ser castigado.
Mauricio creía que había personas malas, que hacían cosas malas, que era condición de la materia que los formaba a ellos (él pensaba que era otra materia la que lo formaba a él y lo hacía mover, y que tenía que ver con la materia que modelaba a su papá y a su mamá, que de seguro era mejor); estaba bien hacer algo para alejar a esa gente, estaba bien castigar si se acerca alguien a quien se le teme.
Escuchaba a personas de su familia hablar de gente que no sabía, que era ignorante, sucia, a la que había que enseñarle cómo eran las cosas que existían, las reglas de la vida... Uf! qué trabajo que da esa gente, cómo molesta la tranquilidad de mi familia, esa gente me pone intranquilo, le surgía como pensamiento; le daba miedo que vuelvan a un tiempo más violento, donde él tenía más miedo que ahora y entendía menos la vida que ahora.
Le daba mucha seguridad tener los últimos aparatos electrónicos, la última tecnología; era la confirmación que a él le iba bien, que el mundo andaba bien, y que su familia estaba bien cuidada, comunicada, ubicada, entretenida, instruida; es la materia buena, con la que trabajan los patriotas cercanos a dios, se decía como si fuese una revelación personal eterna y universal.

El niño Mauricio, hasta que no se encuentre con una persona madura que le enseñe a tener confianza en la realidad para aprender a vivir en libertad junto a otras formas de la vida -aunque no se llame Mauricio y viva en otra parte del planeta- estará encerrado en un cuarto oscuro lleno de peligros desconocidos... sólo para él y su privada eternidad.