domingo, 28 de agosto de 2016

Con permisooo...

Voy a hablar así, como habla toda la gente acá: sin pedir permiso. Sí: ya no se pide permiso para publicar algo; se manda nomás. Y bueno, la idea es que no sería democrático si no se puediese hacer, o de reprimido si no se quisiese hacer, o, tal vez, la herramienta no cumpliría su tarea de "comunicar" o de "informar" si no se usara para una cosa o la otra. No sé. Ahora no me importa: quiero hablar y que me lean. ¿O quiero hablar y que me escuchen? Quizá. No sé bien qué responderme porque ni estoy hablando ni me están escuchando pero sigo escribiendo por este medio tan... tan... ¿Escalofriante? No es que le tanga, digo, tenga miedo este medio tan.. tan... ¿Plural? Es que hay de todo desde ciencia y tecnología de última generación hasta la geografía mundial actualizada o foros de discusión o porn... o paid... o zoof... o cosas globales que se graban y se comparten por todo el mundo. Medio que no sé bien de qué hablarle al mundo ahora que puedo ser... A decir verdad tendría que tener una cámara de video para ser escuchado. Quizá no me alcanza con esta herramienta. Ya había escuchado yo que la palabra no alcanza. Ya dudo si es palabra, código fuente o qué. Sólo sé que ahora no hay más que una herramienta humana que me conecta con una maravilla que es el No Ser Humano; porque no me engañan: ustedes no están aquí. La energía es conciencia pero no toda conciencia es humana. ¿O alguien piensa que se puede conocer a la persona que hizo con sus propias manos, componente por componente, el teléfono celular o la computadora que ahora nos "conecta"? Pienso que es una ilusión la que quiere sostener esta conciencia de la ciencia máquina y como personas de conciencia humana somos capaces de ser distraídos, y nuestra mirada se va a la luz led. Nuestra herramienta mirada, imagen de conciencia se va a la luz máquina. Y oimos tonos electrónicos y nuestra herramienta oído se aleja del sonido humano o ave. Y nuestras manos teclean más que tocan, y se distraen y teclean y teclean, y no acarician y se distraen y teclean y teclean y click click...

Distancias y Diferencias

Diferencia, cargar y/o llevar la separación.
Distancia, de estar lejos.
Eso pasa con lo diferente
la diferente.
La mirada objetiva
se lanza sobre aquello
que se ve distante.
La ilusión de la separación
el varón que se siente mirando
pasar la vida sin ser partícipe.
La mirada subjetiva
se lanza desde abajo de aquello
que se ve distante.
La ilusión de la fusión total
la mujer que siente que es la vida
sin reconocerse pensamiento
también.
La realidad es un producto
de la conciencia
que es más que pensamiento humano.
Pero ambos pensamos
humanos y más.
Si hablamos de 2
también hablemos de 3.
Uno más otro
da más que esos dos juntos.
La distancia y la diferencia
marcan la necesidad de contar hasta 3
aunque sólo se vean dos
el referente y el diferente.
El referente marca la distancia
el diferente está signado por esa marca.
Hasta que la referencia no esté en ellos
sino en eso que no está presente
pero les dio nacimiento
y los mantiene vivos
habrá distancia para dividir
habrá diferencia para evadir.
La distancia es para crecer.
La diferencia para ver ser.
Ver ser femenino vida
Ver ser masculino mira
ambos hablan
o callan 
la maravilla
o lo macabro.
Ahí nace lo cotidiano
único en cada casa
en cada hotel
en cada hospital
en cada restorán.

jueves, 18 de agosto de 2016

Problemas invisibles

Es terrible, no hay cosa peor. Guillermo corría por las calles sin poder ver la solución. Tampoco podía ver el problema. Ya lo sospechaba desde hacía bastante tiempo: el problema era invisible. Lo anotó en su cuaderno y casi escribe "invencible".


Había leído la noticia poco tiempo atrás: "Científicos descubren cómo hacer invisible objetos". No era difícil hacer la asociación; y su imaginación detrás de bambalinas entretejía los más variados escenarios para adornar su drama. Problemas pintados con una pintura hipermoderna que se le presentan a la noche, en forma de fantasmas; tiraban de sus pestañas para presentarse como actores en una realidad muy nítida, tan nítida como un sueño.


Pero peor. Ahora Guillermo corría por las calles en la realidad de su vida. Los problemas invisibles ya los llevaba consigo. "¿Cómo se lucha con problemas invisibles? No veo variables, no sé cuántos son los términos, siquiera una equivalencia... Tal vez sean palabras; qué lógica tienen, cuán profundo buscan el alba, qué mundo forman...", pensaba en su carrera. Quería que alguien aclare sus ojos como los niños del semáforo aclaraban los parabrisas de los autos... Aquí, Guillermo detuvo su marcha y se quedó parado en la esquina mirando la escena. Autos y niños; conductores y semáforos. Sentía ganas de pintar con pintura invisible autos y semáforos.