lunes, 19 de abril de 2010

Individualismos

Quería ser alguien distinto a todos, y esa afirmación de la propia diferencia, desde mi educación más temprana, se identifica con el ‘sobresalir’ a los otros. Así, el Hacer se relaciona en un ‘hacer por/para otros’, jamás con un ‘hacer con otros’. Esa diferencia que puede haber en el hacer, da forma a un par dialéctico en pugna por anularse, y en cuyos polos se encuentran: el aunar y el desunir. En lo que une está ese ‘con otros’.
Y así surgen las asociaciones reinantes en este polo: la comunión entre los individuos, la comunidad independiente, la comunicación entre sujetos, la conversación entre pares.

Desgraciadamente, y para mucha desgracia de muchos, la Democracia Representativa queda en el polo opuesto. “El juego es así: el que junta más votos gana el poder del pueblo y hace mucho más fácilmente lo que él estima correcto”. Así se expresan las ideas que surgen desde la base interna de mi egoísmo camuflado, como si fuese el típico personaje político televisivo, bajo pensamientos que pueden ser engañosos a uno mismo: represento a muchos porque me necesitan; represento a muchos porque puedo organizarlos; los represento porque yo sé más que ellos, porque yo estudié, y ellos no saben cómo es esto…

Tardé mucho en comprender en que ser distinto es saberse igual a todos, y que en cualquier grupo la palabra debe usarse para enseñar y aprender, no para dominar y detener.