martes, 5 de julio de 2016

Jonás y la historia del mundo 01

Sucedió después de estar 3 días dentro del vientre.
Del vientre figurado.
Como un dibujo de sí mismo dentro de un vientre
o como un cuento para niños
donde el protagonista quedó atrapado en una crisálida vegetal.
Algo así.
Y Jonás salió y observó el mundo como nunca antes:
lo observó entendiéndolo.
Entendió todas sus conexiones.
No entendía cómo no pudo entenderlo antes.
Parecía tan simple.
Todo comenzaba con un niño o una niña.
Que, obviamente, tenía madre y padre.
El niño o la niña quiere algo
y se lo pide a su madre.
La madre se lo puede dar
mientras el padre no interfiera.
El padre interfiere
cuando la madre necesita
lo que le falta
porque el niño o la niña
piden algo que ella no tiene por sí misma.

En ese lugar
Jonás se ríe de la idea de lo eterno
veía delante de sus ojos
las nubes cambiando de forma
las ramas moviéndose.
La realidad nunca tuvo secretos
las personas sí.
Porque no saben ver lo sencillo
del mundo que no es humano.
Muchas personas prefieren
ver lo complejo
del mundo de las fantasías personales.

Desde ahí se ve la guirnalda
que conforma todos los universos
que conforman la red
la pantalla
el tablero.

El padre interviene y decide.
Complementarse.
O Dividirse.
Elijo, dice.
La madre no entiende.
El padre inicia otro sueño
hacia otro lugar
con otra madre
con otro hijo u otra
hija.
Elija: hijo o hija.
Tiene una hija.
Él quería otro hijo.
Elijo hijo, dijo.
No fue así.
Algo escapaba a su control
no entendía.
La madre tampoco sabía
que sus pensamientos
de odio
ira
confusión
generaban la sombra
en los sueños del padre.

Son miles, como leds.
Son constantes como la electricidad.
No se sabe bien dónde empiezan
ni dónde terminan
como los ríos o los mares.
Los universos no tienen porqué acabarse
ni extinguirse
tampoco la conciencia.
Jonás se encontraba pensando
y qué más podía hacer la conciencia
que existir moviéndose
entre todos los paisajes.

El padre se encontró odiando
a la nueva madre
amando a la hija
olvidándose que odiaba
y amaba
su propio sueño.

No quedaba otra
si el padre le hubiera dado
lo que necesitaba la madre
para satisfacer a esa otra vida
ese círculo complementario
se sucede y no se corta.
Las necesidades nuevas
del tres
se resuelven
uno más uno.

El padre era uno.
En su sueño eran tres.
La madre era una.
El hijo era otro.
La madre amaba a su hijo.
Porque así era dos.
La madre odiaba al padre dormido.
Porque así era dos, también.
Dos y dos eran cuatro.
Y ella podía sola con eso
que le era desconocido.
Y así se desconoció, también.

El padre sueña que muere
solo
porque la nueva madre lo había abandonado.
Su hija había elegido soñar
quizá ella elija un hijo
pero lejos de él
que se convirtió en un padre posesivo
celoso

Jonás supo
que el padre en algún momento despierta.
En ese momento
siempre se vuelve a elegir.
El padre y la madre.
Dividirse o complementarse.
El hijo... elijo...

Elijan, dijo Jonás.