miércoles, 13 de octubre de 2021

gozando la interferencia

 Sólo "a": AAAAAAA. Más una hache: HAAAAAAA.

Sólo interferencia, y ¡me encanta! Gozo con ella porque la divinicé; la idolatro como una parte muy importante, por su evidente presencia y entidad de factor común, del Gran Espíritu. Es la parte invisible de la Creación. Es lo que llamamos lo distinto (con potencia de 'extinto'), lo diferente, por todavía no conocerlo, por no identificarnos con lo desconocido.

La interferencia es un hacha. Una hache mal puesta, también es interferencia. el 8 es la interferencia perpendicular cuando se es el infinito. El Infinito es leído como obstáculo si la interferencia es sólo igual a 8, porque la interferencia quisiera repetirse a sí misma: 88888888888888888888... y ¡paf! se atraviesa el Infinito, el Real infinito; y ya el 8 no es tanto, ni los números, ni los símbolos, ni la tecnología... todas las cosas y seres están a una distancia infinita del centro del Infinito; no así de su Consciencia.

La consciencia de la Libertad Total. Ahí está a cero de distancia de cualquier ser, sea más o menos consciente de lo que estamos tratando. Esta Consciencia es una expresión manifestada en el silencio interno, en las posturas meditativas y artísticas estáticas, en los instantes de anticiclón donde la Naturaleza parece detenerse, en la escucha atenta de lo que posee consciencia atractiva...

Así la forma de la H parece conectar dos pilares; también puede ser un 8 conectando 7 y 9, aunque no los toque. Y por qué no lo que espanta, lo que causa ira, dolor, confusión, violencia... puede ser esa parte del todo que quiere ser integrada al lado de la maravilla, de la liviandad, del placer, de la claridad, del buen trato.

Así que empecé a amar la hache mal puesta, como achah (salud!); o el error hortográfico, o el horror pornográfico, o el terror a la Tierra... Todas cosas y actitudes lejanas e inentendibles para mí, sin prejuicios, las abracé como creadas por algo digno de devoción y gratitud. Así me vi más creador de mi paisaje divino, sabiendo más certeramente cuáles son los límites del territorio que quiero habitar y nutrir con las cualidades energéticas de lo que habito y de lo no conocido.