miércoles, 1 de marzo de 2017

El Partido

Mi parte femenina se olvida (yo entero me olvido)
de cuando cagaba a trompadas a aquel estafador mentiroso;
y esa parte me muestra (cuando puedo alejarme)
entero yo olvidándome
de mi propio poder de manifestar mi presente,
entonces me muestro reaccionando con furia,
con ademanes violentos,
desgarrando ropas,
haciendo el amor como perro (enloquecido por un celo),
o llenando mi boca con algo espeso
para no decir lo que profundamente sentipienso.

Mi parte masculina calla, pero no olvida (yo entero callo y no olvido)
cuando era abusado de niño,
maltratado en sentires,
subestimado en decisiones...
Así me muestro indefenso,
sin poder para no herir,
sin parir para no perder,
sin ganar para no ofender.

Y mi presente de conciencia,
simple
sagrada
poderosa
se nubla, se confunde.
Y no soy pacifista, ni sabio, ni coherente.
Me toma prisionero esa parte que niega
a su opuesto complementario.
Y esa parte quiere representarme entero,
entonces empiezo a hablar por otros,
partidos, como yo.
Luego me odio.
Me culpo del sentimiento.
Vaya a saber qué castigo me invento.

Así llega el momento de asumir el viaje.
Navegar en el río. (No sé volar).
Por eso me acerqué a esta orilla.
Me dejé flotar, natural.
Le dije al cielo las verdades que escuché,
que mis pares me hicieron sentir como piel;
le compartí a los peces mi silencio
y mi íntegra conciencia.
Me sentí entero y ala
pez
y disuelto a la vez.

No hay comentarios: