"Es un cuento condensación macho-hembra e ismo. Para escuchar (o leer) este cuento hace falta un ejercicio previo porque si no perderá el asombro que intenta provocar en el interactuante.
Simplemente, como decía un grafiti en una pared de Francia, hay que olvidar todo lo aprendido y empezar por sólo una idea: la idea de que una idea (imagen mental o pensamiento, como se quiera llamar) es una cosa real." atóN de rotuA.
La historia comienza cuando Alma se despierta.
Entendí que parece que ella siente que el mundo está por repetirse otra vez.
Le pido que me preste una de sus colitas. El padre la ayuda a buscar una.
¡Cómo me alegró que me ayudara a cumplir mi deseo!
Tomó forma circular y color verde fluor.
Le agradecí cordialmente.
Entendí que ese momento me abrió las puertas para que Alma me contara algo importante.
- Tío, ¿sabes que yo tuve miedo a la oscuridad?
- No sabía. Yo también tuve y tengo miedos.
- ¿Y quieres que te cuente cómo los vencí?
- Sí.
Mis ojos y mi cuerpo se puso atento. El Espíritu me brindaría personalmente una lección.
Usé mi lado masculino para llegar a esta realidad de revelación.
Pero supe usarlo mejor que ayer.
Ayer fue un desastre.
Choqué de frente contra un ismo.
Era mujer, así que también puede decirse que choqué contra una isma.
¿Mi misma?
O mejor: ista.
De arista, artista, protagonista.
Osea: una mujer feminista.
Y yo reaccioné en la lógica humanista.
Me hice machista. Al toque.
Y ya no éramos pares.
Yo ya no era una persona adulta responsable.
Par.
Ella genera. Usa la mente masculina. Se acerca. Acecha. Promueve.
Yo recepciono. Uso mi cuerpo femenino. La siento. Reacciono. Pretendo:
- No, no, no... -les dije con confianza, interpretando que no sabían cómo era una fruta por dentro.
Al toque sentí el enriedo energético. Éramos mentalistas contra mentalismos.
Para mi era un bardo intentar comerse esa fruta como si fuera una manzana, porque es hiperácida y es usada para hacer jugo.
Además de tener una cáscara muy dura para lo que se necesita cuchillo.
Ella le muestra mi actitud limitadora a su compañera.
- Está bien, pero cuál es... -me dice luego.
Me sentí un torturador del deseo;
- Sí, perdón, sí, se puede probar.
- Claro, hay que probar -me dice y se levantan y se van.
Gracias que hoy puedo responder.
La reacción no entra en donde hay climas de confianza, donde no hay acecho ni pretensiones.
- Sí -y me dije por dentro que yo necesitaba que me digan cómo vencer al miedo.
Alma bajó de la calesita que habíamos aceitado, recién, con su padre.
(La demostración de la velocidad y fuerza inercial que tomaba ese mecanismo metálico la asustaba un poco).
Sonaba un regue como fondo. El padre había puesto música.
- Cuando estoy sola en mi habitación y me siento sola y con miedo...
Corrió hacia el sol. Salió del dominio de las sombras del naranjo frente a su casa.
- busco, como una linterna, para iluminar sombras en la pared...
... y uso mi imaginación para cantar esta canción
aunque estés sola en tu habitación
puedes iluminar todo con tu imaginación
puedes transformar las sombras
para hacer una historia mejor
a todo le puedes dar color
con tu imaginación.
(empecé a repetir como)
Coro: Imaginación.
Y todo cambiará
Coro.
Cuando a la noche estás
Coro
De todo saltarás
Coro
a otro lado irás
Coro
y ya no habrá quién te haga mal
Coro
todo podrá estar en aquél otro lugar
Coro
Y todo será como un dulce de sabor...
- Y terminó ¿te gustó la canción que me saca los miedos?
(La original es más larga pero no puede ser contenida por los soportes tecnológicos actuales, y no nos importa. Gracias).
Antes:
el desborde de mis ojos y el mar contenido en mi cuerpo no hicieron que deje de mirar su sombra danzarina.
Sostuve el coro "imaginación" y le agregaba "nación" entre medio, cuidando mucho de no entrometer mi-ismo.
(No te entrometas cuando el Espíritu te habla, había aprendido antes).
Yo moví la energía de la calesita, la hice rodar a altas velocidades. Me hago cargo. Acepto y asumo.
Observo participando concientemente con mis ojos, oidos y corazón interno.
El Espíritu de la Vida viva está siendo parte de mi. Natural mística, pasa y seguirá sucediendo con seguridando, por todos los ciclos amen.
Me hacía cara de enojo y de odio. Yo confiaba sin perder el coro.
Ella seguía navegando en la nación de la imaginación...
- Me encantó tu canción, gracias.
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