viernes, 21 de octubre de 2016

Todo Presente es de todas.

¿Tan difícil es olvidar lo aprendido y empezar a soñar?
¿Tu intelecto, tu pasado, tu memoria, qué no te deja mirar?
¿Qué mirás?
Tu presente, qué más.
No existe otra cosa. Nada más grandiosa.
Ahí está todo condensado.
Como el universo y el mar y la lluvia, en cada gota de rocío están.
Qué palabras querés cambiar para no decir qué.
Para ahorrarte qué.
¿Un verso?
Si eso es el universo. Que sea el tuyo.
Que sea el mío. El de él, el de ella.
El de todas, si somos personas o humanidad.
El de todos si somos hombres o tenemos entidad.
Diversos versos, múltiples, que hacen lo imposible de nombrar.
Basta de buscar en otros cerebros, en otras mentes.
En el simio, en la leona, o en cualquier animal.
¿Tan poco te valorás?
La palabra humana ¿qué vale más?
Tu mente, tu cerebro; la tuya, la mía, el tuyo, el mío, soportan la vida toda.
Toda la humanidad, ahora en vos. ¿Qué más necesitás?
Cerrá los ojos y escuchá.
¿No la escuchás porque el vecino pone cumbia a todo lo que da?
¿Porque los autos, el barullo de la ciudad?
¿Porque el balancín de la fábrica, porque la panza, porque la soledad?
Un bosque es infinitamente más.
Que todo edificio, que toda universidad.
Una célula madre que potencialmente es neurona, hueso o piel, no puede compararse con ningún motor o chip o pendraib.

Ya sé: no te enseñaron a aceptar ni aceptarte; sólo a escapar del escaparate.
En tu mente se tejió una realidad: la de tu papá, la de tu mamá, la de tu abuela, abuelo, profesor, militar, zar miento, la del  juez, la del fiscal.
Eso también es humanidad ¿o qué te pensás?
¿Que la muerte es un invento para sufrir, para llorar, para volar?
Sentido, conciencia, libertad, humanidad, ponelos y ponelas en tu altar.
Dales un lugar, al lado de jesusito, al lado de marx, de Gandhi, de De La Serna, de Ulianov, o de tu mamá.
Y una foto tuya, que sos lo más.
Sin vos ¿qué?
Sin bosque, qué.
Sin busque, qué.
Encontrá. Ya. Sin teléfono ni güaifai.
Que la Muerte te besa y te casás, por la eternidad.
Y ya no fue.
Ya es ya.
¿Qué más?
Si ya sabés leer y escribir, si ya sabés hablar y sumar.
¿Te enseñaron eso para consumir, para comprar, para financiar?
Sí, pero eso fue.
Ahora estás acá. Presente, nada más.
Ahora ¿te enojás?
Pero eso no se arregla con votar.
Ni con dinero, ni merca, ni fumar.
¿A quién vas a culpar?
Yo cuido a la humanidad de mi ideal.
Hitler, Videla, estaban sostenidos por hombros de millones, cargando ira, frustración y calamidad.
Y la ira sigue pero en mis hombros no la soporto más.
Paz, paz, paz.
¿Dónde está?
Dónde estás.
¿Estás presente?
Y vos ¿estás?

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