viernes, 11 de agosto de 2017

Pre fiero fiereza

Hoy, prefiero no ser.
Antes que ser varón,
antes que un ser sexuado,
antes que ser un sujeto identificado,
no ser.
O ser algo más simple,
menos complejizado:
persona,
un cuerpo que resuena
con palabras, con gestos, con formas.
Y ya.
Ni blanco, ni negro, ni castaño, ni moreno.
Sólo observado, como un observador descoloreado.
Ni bi, ni homo, ni hétero, ni elegetreado;
en cualquier caso, ser de deseos historizados,
o ser deseante con deseos transformados;
particularizado, antes que generalizado,
antes que militarizado o civilizado,
digamos movilizado, osamentado,
¿enarbolado? 
me gustaría más ser preguntado.
Sí, inevitablemente, socializado.
Nada de masculino o femenino,
interelacionado, en todo caso.
Ni siquiera asalariado, ni empleado,
trabajador cotidiano,
de la vida sucediendo sin ideología
o siendo filosofía multiplicando la vida;
sí, quizá, de ideas sembrado,
con pensamientos humanos
que intentan ser comunicados
en comunión comunitaria;
como una unión común
de diferentes palabras
sin tiempo que digan gracias,
comprendo, ganas, acompaño, regalo,
infancia, importancia.
Ni cansado ni excitado ni empastillado
liberado
no como un celular sin vida
sino como un organismo plural
naturalmente creado
para experimentar la libertad
de ser una persona fruto
de la indivisible y poderosa humanidad
cuya clasificación institucional
se derrumba ante el lenguaje maternal
que nace de la inmensa, diversa e inabarcable
experiencia personal de evidencia terrenal.

No hay comentarios: