miércoles, 12 de abril de 2017

Ansiedad de Todo

- Lo que te cambia es la experiencia.

"Pichón de Rivier" era el apodo de Federico Froi, un conocido del barrio de Juan. Y seguía:

No puedo evitarlo. Mucha gente lo sabe: me resuena todo lo humano.
Y me enriedo en la ansiedad por cambiarlo todo.
Un presidente del pueblo, los violadores presos, el machismo controlado, precios bajos en los supermercados...
docentes y campesinos respetados, la policía y los militares de la gente aliados, los medios masivos por la verdad impulsados...
basta de alimentos fumigados, alimentos agroecológicos son subencionados, el estado hace de los servicios derechos humanos...
Y la gente está contenta, ya no sufre ni se violenta...
Entonces yo debo hacer algo para que suceda, todo lo lindo, lo bueno, lo humano; lo que no desespera.

Espera...
¿Cómo lo hago? ¿Con qué herramientas?
¿Empiezo a militar en un barrio?
Mientras estudio y trabajo sometido al horario.
¿O será mejor la ecología?
El capitalismo destruye la naturaleza, si la defiendo el sistema revienta.
¿Me sumo a la campaña de salvar ballenas?
¿O reducir el consumo de plásticas botellas?
Pero la realidad duele tanto.
Desde tantos lugares.
Me hace tanto daño y tanto es mi llanto
que no me aguanto y largo todo y me encierro en mi cuarto.

Calma...
Voy a decir en prosa. Porque mi intención es poderosa. Quiero que se entienda seriamente que soy política viviente porque ya he nacido, porque estoy presente.
Y así como todo nacimiento es política que transforma, también lo es la muerte y todo lo que emociona y conmociona.
Porque política es una palabra que trata de ilusionar que lo humano crea, cuando en realidad sólo navega en una realidad que lo sobrecoge y lo desespera.
Y trata de hacer metáforas sobre lo real que nunca se alcanzará a abarcar; entonces modela un aparato que llama celular, y mete lo biológico misterioso en un nombre para escapar de su propio cuerpo, y cree que el celular es el que está conectado con el éter y transmite conciencia como audio y video con la ayuda de una antena...
Y se olvida que cada célula viviente, está online 24 horas en el presente, conectada cada una (y son millones) con una comunidad total que se encarga sin pensar en respirar, parpadear, latir, vivir... y recibe información, del aire, del agua, del sol, de la tierra, de vos... con tecnología de punta, libre, amorosa, continua, infinita mente misteriosa.
¿Cuándo nos daremos cuenta que estamos transmitiendo en vivo todo el tiempo?

Quizá mi mensaje llegue cuando me asesine el presidente por opositor; o un marine por ser quien soy; o un militar por manifestar; o un policía por drogón; o alguno que le falta lo que siente que yo puedo solucionarle; o alguna que siente que no fui fiel amante...
Seguro me matará un miedo, encarnado en alguien temeroso. Con miedo a mi vitalidad, a mi amor incondicional, a mi libertad de decir, pensar, sentir por fuera de lo institucional; así, de manera natural, imitando lo que cada día y noche se me da.
Quizá, me mate yo mismo si no estoy atento.
Escribo en prosa, letra no presa; y si cae en lo poético, cae sobre las estrellas y todo el firmamento, entonces tal clasificación no me interesa.
¿Que lo poético no me involucra? ¿Que sólo repitiendo ideas y actos de gente muerta hago política de la buena?

El mundo se salve de líderes y representantes. Yo estoy aquí para ser conciencia y sentido de la tierra, que es mi casa y mi madre.
Ya morí como sirio, como mujer, como argentino en guatemala, como preso en redada, como jfk por la cia y la nasa, como indio por otra casta, como originario por mano de su hermano...
¿Hasta cuando?
Yo soy el miedo y la rabia y estoy en calma.
Calma aunque en nombre de la educación se enseñe la represión, aunque en nombre de la paz se cometa violación, aunque digamos pan y comamos mierda.

Renuncié a llevar el signo de la obediencia y la guerra que es la corbata; a ser tratado de señor por un traje hecho a medida del opresor.
Renuncié a toda esa solemnidad para undir mis manos en la mierda de animal, en el compost de miles de muertos que habitaron el mismo lugar.
Y lo hice porque es urgente, meter las manos en la tierra, en su oscuridad, en la putrefacción humana que es muy real.
Tan real como un pedo, que sólo le gusta al dueño, y da vergüenza aceptarlo y nos constipamos por ocultarlo.

Aceptá la mierda humana, tus residuos, tu saña, tu impotencia y tus pocas ganas de vivir en este mundo.
Hundite en lo profundo de la miseria y la inhumanidad. Es tuya, es nuestra.
¿O no sabés de dónde surge tu educación, tu orden, tu limpieza  y tu moral?
Herencia sangrienta, de violaciones de niñós, niñas, mujeres, adultas, ancianas; inenarrables crímenes de personas indefensas; varones mutilados, despojados de su piel, de sus ojos, de sus manos...
Y papás, mamás, abuelos y abuelas, enviando a sus hijos a cometer esas demencias; temor reverencial, amor animal.
Entonces, cuando la sangre es acunada por la tierra, las personas quieren ocultar su falta de clemencia, su odio perverso a si mismos y lo que hicieron.
Y se tapa, se silencia, se tergiversa, se confunde, por los siglos de los siglos...
Pero la Verdad resurge.
Verdadera insurgencia.
Se rebela como síntoma que revela otro lengua, hasta entonces ignorada, desconocida, temida.

Es tiempo de aceptar la oscuridad que es la Tierra.
Su alegre abundancia sin temor.
Que acepta toda mierda para su total transformación.
Que quiere a todos por igual, al asesino y al ser provervial.
Que da, da y da. Inmensa, maravillosa, siniestra y voluptuosa.
La luz está en el cielo y en otra etapa llegaremos.
Ahora, presente, estamos acá y por algo será.
Es porque no somos luminosos, somos tierra oscura, áspera y fecunda.
Somos hijos e hijas de una madre perfecta, que con el sol se complementa.
Sin conflictos de relación, sin negar la real manifestación.
Aprendamos de la única maestra, que no se cansa, que en todo tiempo enseña.
Y veamos cómo niños y niñas, que todas fuimos, nos muestran que si no actuamos con miedo lo más sencillo nos sana, nos calma y nos asienta.
Y, casi sin darnos cuenta, viviremos lo que sembramos, íntegra ternura de valientes personas.

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